viernes, 1 de enero de 2016

Un nuevo año comienza y ciertos sentimientos a flor de piel...

Otro año que se va y uno nuevo que comienza. Todo parece muy fácil y matemático, pero no resulta ser así. Este post es  un poco para volcar los sentimientos que a veces nos invaden en ciertas ocasiones, y que por más que deseemos lo opuesto, se adueñan de nosotros  y nos provocan un mar de lágrimas. 
Supongo que muchos de uds, como yo, padecen ciertas pérdidas. Con el paso del tiempo aceptamos que esas personas inmensamente queridas ya no estén entre nosotros, pero no lo superamos. Lo digo de manera tan categórica porque es así lo que hoy me sucedió a mi. Por más que hayan pasado los años, y por más que uno lo tenga medianamente asimilado, estas fechas parecen, aunque no lo sean,  estar hechas para recordarnos todo el tiempo que ya no están entre nosotros. Muy contradictoriamente, también creo que en estas fechas es cuando más "cerca" los sentimos y que sabemos que desde algún lugarcito velan por nuestro bienestar. 
Pero volviendo al concepto anteriormente mencionado, las lágrimas son inevitables. Las preguntas que una y otra vez nos hicimos parecen volver a manifestarse, y repito, no paramos de llorar. Quizás sea algo que alivie, o quizás sea la prueba de que ciertas heridas aun no cerraron. Heridas que por cierto pueden cerrar pero no dejar de doler nunca...
Simplemente compartir esta reflexión de origen vago que me sucedió hoy, que hizo que llore por largos minutos, encontrándome vulnerable, desconsolada, hasta por fin recomponer mi estado normal.
Muy buen comienzo de año y que se cumplan todos sus lindos deseos!
Saludos,
C.

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